Perdiendo la virginidad de Richard Branson, resumen del libro
En este resumen del popular libro Perdiendo la virginidad de Richard Branson te presentamos las ideas principales de este clásico best-seller.
Sinopsis
Perdiendo la virginidad es la autobiografía éxito de ventas a nivel internacional del empresario que triunfó esforzándose Richard Branson. En ella, relata sus aventuras lucrativas, empezando por dejar la escuela, fundar un sello discográfico y cruzar el Atlántico en una lancha a motor. En esencia, el libro trata sobre cómo el ingenio, la determinación y el espíritu de aventura jugaron un papel en la formación de uno de los hombres más ricos de la tierra.
¿A quién está dirigido?
A todos los interesados en la vida de Richard Branson.
A quien les interese saber cómo Branson fundó una de las empresas discográficas más influyentes y una aerolínea trasatlántica, y estableció varios récords mundiales de vuelo en globo y navegación marítima.
A las personas que quieran leer un relato entretenido sobre cómo un hombre rompió las reglas de los negocios y aun así alcanzó el éxito.
Acerca del autor
Richard Branson es multimillonario por esfuerzo propio, fundador y director de Virgin Group, uno de los grupos empresariales más exitosos del siglo XX.
En el camino hasta alcanzar su rotundo éxito, Branson fundó y dirigió una revista, creó una cadena de tiendas de discos, una empresa discográfica y un estudio de grabación, fundó una aerolínea e incluso escribió un libro.
¿Qué beneficio ofrece? Aprendan a triunfar en los negocios con el ejemplo del multimillonario que triunfó esforzándose Richard Branson.
¿Cómo una persona puede ser la fuerza impulsora de una aerolínea, una cadena de tiendas de discos, una empresa discográfica, un club nocturno y una empresa ferroviaria, y además tener tiempo y energía para romper un récord mundial en un globo aerostático?
Richard Branson, sin dudas, es único: aventurero intrépido y arriesgado, pero con una aguda visión empresarial. Esta combinación, forjada con imaginación y tenacidad, fue su receta para el éxito, que alcanzó atravesando un camino de retos y fracasos.
En Perdiendo la virginidad, Branson narra los múltiples sucesos de la vida que moldearon su carácter (su ingenuidad, su espíritu aventurero y su voluntad de acero) y lo llevaron a revolucionar las industrias de la música y las aerolíneas.
Si suelen considerar los negocios como un esfuerzo tedioso y aburrido, estos blinks les harán cambiar de opinión. Al conocer las historias de la impredecible y emocionante vida de Branson, entenderán por qué no seguir las reglas del juego puede darles una inmensa ventaja en los negocios… Y en la vida.
En estos blinks, también descubrirán lo siguiente:
- Cómo Branson voló a Bagdad para recuperar a los rehenes británicos de Saddam Hussein cuando estalló la Guerra del Golfo.
- Cómo comprar una isla por una fracción del precio de venta inicial.
- Cómo atravesar el Pacífico en globo, después de perder la mitad del combustible el primer día.
La familia de Branson lo empujó a probar sus límites y, en una ocasión, incluso casi lo dejaron que se ahogara.
Branson nació en 1950 en una familia de espíritu independiente que desde joven lo impulsó a probar los límites de lo posible.
En consecuencia, el joven Branson adquirió el gusto por la aventura y afrontaba con ansia los retos que le planteaba su madre o la vida en general.
Cuando tenía apenas once años, su madre lo envió a visitar a unos familiares que vivían a más de 80 kilómetros, en bicicleta y sin indicaciones. Fue para inculcarle resistencia y orientación. Y, cuando por fin volvió a casa al otro día, en vez de una bienvenida heroica, lo recibieron de manera habitual y le indicaron que vaya a casa del párroco a cortar algunos leños.
Pero no era la primera vez que su familia le ponía una prueba difícil. En unas vacaciones de dos semanas en Devon, cuando Branson tenía apenas cuatro años, su tía le apostó 10 chelines a que no podía aprender a nadar antes de que terminaran las vacaciones.
Branson aceptó el reto y pasó horas enteras en el mar. Por desgracia, al llegar el último día aún, no podía flotar en el oleaje.
Pero no iba a dejar esto así. En el viaje de 12 horas en automóvil de regreso a su casa, vio un río y aprovechó la oportunidad. Le pidió a su padre que detuviera el automóvil.
Bajó de un salto, se quitó la ropa, corrió hasta la ribera y saltó al agua.
Inmediatamente empezó a hundirse.
Sin embargo, poco a poco, pataleando con ritmo pausado, se las ingenió para salir a flote. Mientras nadaba hacia la mitad del río, vio que su familia le aplaudía y vitoreaba, y que su tía agitaba un billete de 10 chelines.
Cuando Branson salió del agua, su padre, igual de empapado que él, le dio un fuerte abrazo. Ver a su hijo zambullirse de cabeza en el río lo había asustado mucho, a tal punto que se había echado al agua tras él.
Branson tenía dificultades académicas y puso gran parte de su energía a administrar una revista de cultura pop.
Al ver que no conseguía reconocimiento académico en la universidad debido, en parte, a su actitud independiente y a la dislexia, empezó a buscar otras ocupaciones.
Junto con su compañero Jonny Gems fundó la revista Student. Pensada inicialmente como medio de críticas sobre su escuela, la revista no tardó en convertirse en una celebración de la cultura pop estudiantil y de temas contemporáneos.
Pero poner en marcha la revista fue todo un desafío. Una de las mayores dificultades que enfrentaron Branson y Jonny fue conseguir dinero para publicar Student, lo que suponía encontrar anunciantes para una revista que aún no existía.
Aunque la mayoría de las empresas a las que acudió Branson eran reacias a la idea, al final dio con una estrategia eficaz para atraerlas:
Para hacer que National Westminster Bank le comprara espacio publicitario, dijo que el Lloyds Bank acababa de comprarle un anuncio. ¿No les gustaría anunciarse junto a Lloyds?
La estrategia dio resultado y al poco tiempo recibieron un primer cheque de 250 libras.
La dedicación a Student pronto adquirió prioridad sobre los estudios, así que Branson y Jonny dejaron Stowe y se mudaron a un sótano en Londres. Allí editaban y distribuían su revista, y sumaban cada vez más compañeros a una habitación diminuta para que les ayudaran con la carga de trabajo.
A pesar de la dislexia (el origen de sus dificultades académicas y la razón por la que sus calificaciones solían estar entre las más bajas de la clase), Branson invertía más tiempo y esfuerzo en editar y escribir artículos para la revista que en sus estudios académicos.
Siguiendo sus ambiciones, Jonny y él querían crear informes sobre sucesos internacionales, como las guerras en Biafra y Vietnam. Entonces, le preguntaron a Daily Mirror si le interesaría el relato de un joven reportero que viajara a Vietnam.
Algo que a Mirror le interesó y compró la historia. Student pudo enviar a un miembro del personal a Vietnam y otro a Biafra.
Sin embargo, pese a sus intereses políticos, el elemento clave de Student era involucrarse en el mundo musical, desde entrevistas exclusivas con Keith Richards, John Lennon y Yoko Ono hasta reseñas sobre conciertos y espectáculos de clubes nocturnos.
Branson vio una oportunidad en la venta de discos musicales a domicilio y así nació Virgin Mail Order.
Gracias a su visión del panorama musical, Branson se dio cuenta de que al público le entusiasmaban los discos y que su distribución en tiendas no tenía competencia. Como no había alternativa, las personas que nunca hubieran gastado 40 chelines en una comida estaban encantadas de pagar la misma suma por un nuevo disco de los Beatles en una tienda especializada grande.
Pero Branson tenía una alternativa en mente. Sabía que un sistema de pedido por correo sería popular entre las personas de su edad, que preferirían pedir discos a domicilio a menor precio que el que ofrecían grandes tiendas minoristas como WH Smiths.
Le propuso su idea al personal de Student y decidieron que la nueva empresa necesitaba un nuevo nombre. Debía atraer a un público más amplio, que fuera más allá de la población estudiantil, y tenía que ser llamativo.
Después de barajar varios nombres, un colaborador propuso “Virgin”, pues todos eran vírgenes absolutos en cuestión de negocios.
Así nació Virgin Mail Order.
En el último número de Student, Branson insertó un anuncio de pedidos de discos a domicilio, lo que generó más solicitudes y dinero de lo que jamás habían visto.
Pero la mejor parte de la iniciativa era que la empresa recibía el dinero de los pedidos por anticipado, lo que aportaba la liquidez para comprar los discos. Gracias a eso, podían acumular un buen capital, en lugar de esperar a vender para obtener el dinero.
Branson invitó como contador a su amigo de la infancia y compañero de redacción de Student Nick, y juntos decidieron dónde comprar los discos y cómo enviarlos a los clientes. Comprendían que, si los compraban a una tienda de discos local que los recibía directamente de las discográficas, el equipo de Virgin podría venderlos con un descuento.
Virgin Mail Order prosperó durante 1970. Luego, en enero de 1971, ocurrió un posible desastre. Los correos se declararon en huelga, lo que suponía que los clientes de Virgin no podrían enviar cheques ni recibir discos.
Las tiendas de discos Virgin se volvieron muy populares porque los clientes se sentían agradecidos y relajados.
En 1971, los departamentos discográficos de las grandes tiendas se caracterizaban por tener un interior insulso y casi ningún entusiasmo por lo que sucedía en el mundo del rock.
Cuando estalló la huelga del correo, Virgin se vio obligada a abrir una tienda de discos propia. Querían que fuera una extensión de lo que habían creado con Student: un lugar donde no solo se animara a los clientes a comprar un disco y marcharse, sino que fuera acogedor, donde se pudieran intercambiar puntos de vista sobre los intereses.
Vieron que una zapatería en Oxford Street tenía una escalera que subía a un primer piso vacío; entonces, llegaron a un acuerdo con el zapatero para instalar allí su tienda.
Sin embargo, no tenían dinero para pagar la renta. Con su encanto característico y un agudo sentido por los negocios, Branson convenció al zapatero que les permitiera usar el local gratis, a cambio de posibles clientes que pasarían por su zapatería.
La primera tienda Virgin fue todo un éxito, a tal punto que Branson y sus compañeros decidieron abrir otras. Entretanto, mantenían intacto el negocio de pedidos a domicilio, que se reanudaría en cuanto terminara la huelga del correo.
Al llegar la Navidad de 1972, Virgin se había expandido a 14 tiendas de discos por todo Inglaterra.
El concepto de su estilo de vida tuvo tal éxito que la balanza entre mantener el ambiente acogedor y conservar la rentabilidad del negocio se inclinó hacia la primera opción. En otras palabras, las tiendas estaban abarrotadas, pero, en realidad, nadie compraba nada. El ambiente era tan relajado que las tiendas Virgin se habían vuelto lugares para pasar el rato.
Para modificar la situación, instalaron luces más fuertes y acercaron los mostradores y las cajas de pago a la ventana para dar a entender al público que estaban entrando a una tienda y no a un club. La estrategia funcionó. Al cabo de un par de meses, las ventas repuntaron.
Virgin expandió su presencia en la industria de la música fundando un estudio de grabación y una empresa discográfica.
Pronto Branson pensó que podía obtener incluso más ganancias con un estudio de grabación y una empresa discográfica.
También observó que la mayoría de los estudios de grabación llevaban los negocios de manera muy formal. Funcionaban con horarios asignados muy estrictos, reservaban las salas por encima de la disponibilidad real y tenían pocos instrumentos musicales. Esa formalidad era demasiado rígida para la cultura rebelde y alocada de la cultura pop y roquera de los años de 1960.
Por lo tanto en 1971, con solo 21 años, Branson se propuso comprar una casa de campo para convertirla en estudio de grabación, pensando que sería un ambiente más propicio y atractivo para que las bandas fueran a grabar.
Después de buscar durante semanas, por fin encontró una hermosa casa señorial del siglo XVII, llena de enrejados de hierro, situada en una campiña de cuento de hadas.
Sin embargo, el problema era el precio de venta. La propiedad costaba 30 000 libras (casi medio millón a valor presente), mucho más de lo que Branson tenía. Sin dudas, sus otras empresas iban bien, pero Virgin no generaba esas ganancias.
Después de analizar las cifras de ventas de Virgin Mail Order y Virgin Music Store, el banco británico Coutts ofreció una fabulosa hipoteca de 20 000 libras. Su tía reestructuró la hipoteca de su casa para prestarle 7 500 libras y él pudo transferir la suma al agente inmobiliario para asegurar la compra.
Además del estudio, fundó la discográfica Virgin Records. Tener una discográfica integrada al grupo Virgin les permitía contratar a sus propios artistas, ofrecerles un lugar para grabar (y cobrarles por ello), producir y distribuir sus discos (y obtener ganancias por ello), y promoverlos y venderlos por medio de su propia cadena de tiendas de música (y también ganar el margen de venta minorista).
El primer artista que contrataron fue Mike Oldfield. Durante todo 1972 y 1973, Oldfield grabó en Virgin Manor Tubular Bells, un disco que terminaría por vender más de 13 millones de copias, lo que aportó a la empresa de Branson un éxito que ni en sueños había imaginado.
Virgin Records fue demandada por promover el álbum de Sex Pistols, pero una defensa inteligente y un golpe de suerte la salvó.
En 1976, Virgin enfrentó dificultades. Excepto el álbum de Mike Oldfield, todas las operaciones de la discográfica provocaban pérdidas.
Pero, a mediados de los años setenta, se produjo el auge del punk en el Reino Unido y Virgin estaba desesperada por contratar a una de las nuevas bandas.
Finalmente, en mayo de 1977, Malcolm McLaren, representante de Sex Pistols, firmó un contrato con Virgin, aunque pensaba que se cancelaría pronto por conducta indecente, como había pasado con EMI y A&M.
Virgin cerró el trato justo a tiempo para lanzar la canción “God Save the Queen” en el 25 aniversario de la Reina Isabel en el trono, cuando Sex Pistols presentó un concierto frente a la Cámara de los Comunes, que resultó una publicidad masiva y el arresto de McLaren.
Sin embargo, como Virgin no tenía accionistas que se opusieran a los actos de la banda, la esperanza de McLaren de que la discográfica cancelara el contrato no prosperó.
En 1977, Virgin lanzó el álbum de Sex Pistols “Never Mind The Bollocks, Here’s The Sex Pistols” y lo promocionó ampliamente en las vidrieras de sus tiendas en todo el Reino Unido.
El gerente de una tienda de Nottigham fue arrestado debido al uso público de la palabra “bollocks” (testículos). Además, la policía amenazaba con obtener una orden judicial para censurar el título del álbum y prohibir su exhibición en las tiendas de discos.
Branson tenía que actuar. Llevó al proceso judicial al lingüista James Kinsley, quien explicó que “bollocks” no se refería a los “testículos”, sino que era un sobrenombre para los sacerdotes.
Kinsley siguió argumentando que seguramente ni la misma Iglesia se ofendería por un título que significaba “No importan los sacerdotes, llegaron los Sex Pistols”.
Entonces, el fiscal le preguntó por qué estaba tan seguro de que la Iglesia no se ofendería por ese título. Kinsley se limitó a doblarse el cuello de la camisa y dejó a la vista un cuello clerical.
Branson realmente tuvo mucha suerte. Se las había ingeniado para presentar como testigo a un lingüista que también era clérigo. El caso proscribió.
Si quieres disfrutar de todas las ideas principales del libro Perdiendo la virginidad de Richard Branson, ¡no esperes más! Haz clic en el siguiente link para acceder al resumen completo.