La semana laboral de 4 horas de Tim Ferriss, resumen del libro
En este resumen del popular libro La semana laboral de 4 horas de Tim Ferriss te presentamos las ideas principales de este clásico best-seller.
Sinopsis
La semana laboral de 4 horas (2008) describe la vida de los nuevos ricos: personas emancipadas de la esclavitud del trabajo de oficina y que han construido una vida centrada en la felicidad del aquí y el ahora. Si ustedes también quieren llevar una vida así, tienen que empezar por ser más productivos y encontrar una fuente de ingresos continuos y casi totalmente pasivos. Estos blinks les mostrarán cómo hacerlo.
¿A quién está dirigido?
- A quienes estén hartos de la lucha feroz de nueve a cinco.
- A los empleados que sueñan con un estilo de vida de viajes y placer.
- A las personas que no saben cómo alcanzar sus sueños.
Acerca del autor
Tim Ferriss es un próspero inversor y asesor de empresas tecnológicas emergentes. Participó en la creación de empresas como Uber, Facebook y Alibaba, por nombrar solo algunas. También es el creador de la reconocida serie de pódcast The Tim Ferriss Show. Entre sus libros están Tribu de mentores y Armas de titanes.
¿Qué beneficio ofrece? Aprender a hacerse tiempo para las cosas importantes de su vida.
La semana laboral de cuatro horas. Suena asombroso, es cierto. Parece un sueño. En vez de trabajar durante 40 horas por semana, solo tienen que trabajar cuatro. Desde luego, sin reducir sus ingresos. Porque, en un mes, hacen lo que la mayoría de las personas hacen en un año.
Así que, en vez de matarse trabajando en un escritorio durante 35, 40 e incluso 45 años hasta que se jubilen, tienen la libertad y flexibilidad de disfrutar la vida ahora mismo.
Suena asombroso. Parece un sueño. De hecho, parece un sueño imposible… Algo que podría darles resultado a personas muy, muy afortunadas, pero probablemente a ustedes no.
Pues sepan que no es un sueño. Según Tim Ferriss, hay una receta que cualquier persona (y eso los incluye a ustedes) puede seguir para lograrlo. Así que, si están listos para poner manos a la obra, convirtamos las 40 horas en cuatro.
En estos blinks, aprenderán lo siguiente:
- Cómo aprovechar el principio de 80/20 a su favor.
- Cómo establecer un flujo de ingresos pasivos.
- Dónde buscar a su musa.
Nota para los lectores: Este blink se creó de nuevo especialmente para audio. Si están indecisos entre escucharlo o leerlo, les recomendamos mucho escucharlo.
Para los nuevos ricos, la riqueza significa lujos en el aquí y el ahora.
Trabajan 40 horas a la semana. Quizá estén trabajando incluso más que eso. Se sienten agotados todo el tiempo. Están constantemente estresados. Darían cualquier cosa por salirse del ajetreo cotidiano… Pero todo indica que no pueden. Están atrapados en su trabajo. Necesitan su trabajo.
Pues bien, hay una receta para escapar del horario de nueve a cinco. Hay una fórmula. Y es precisamente lo que exploraremos en estos blinks. Pero, antes de llegar a la fórmula, hablemos sobre a dónde quieren ir y cómo llegó allí el autor.
La meta es ser parte de los nuevos ricos. Los nuevos ricos son una subcultura caracterizada por la movilidad y la libertad financiera. Nada los ata. Ellos deciden a dónde van. Y deciden lo que hacen. Se han dado cuenta de que el momento oportuno para vivir sus sueños, para vivir de verdad su vida, es ahora.
Pero, ¿cómo lo hacen? ¿Cómo viven sus sueños, cómo viven la vida al máximo, ahora mismo? Hay algo más que tienen que saber, algo que los nuevos ricos descubrieron. Básicamente solo necesitan dos cosas para lograr lo anterior: más libertad y más tiempo libre.
Lo que la mayoría de las personas asocian con los millonarios (viajes por el mundo, pasatiempos extravagantes, quizá un mayordomo), en esencia, se reduce a dos cosas: más libertad y más tiempo libre. Y ustedes pueden tener las dos cosas sin un saldo de millones de dólares en su cuenta bancaria.
Así que esa es la meta: conseguir más libertad, obtener más tiempo libre y formar parte de los nuevos ricos.
El autor consiguió ambas cosas medio por accidente. En 2004, estaba en una situación que tal vez se parezca a la de ustedes. Tenía una sobrecarga de trabajo. Se sentía agotado. En realidad, el exceso de trabajo y el cansancio llegaron a tal punto que sufrió desgaste profesional y tuvo que hacer una pausa. Pero el descanso resultó una bendición. Durante sus días libres viajó por todo el mundo y se dio cuenta de que podía administrar un negocio lucrativo desde donde estuviera. Y que podía hacerlo con un esfuerzo mínimo. Y así como así, se sumó al club de los nuevos ricos.
Parece cosa de magia… pero no lo es. Recuerden que, si quieren vivir una vida de lujo, lo único que necesitan son dos cosas: más libertad y más tiempo libre. Son los requisitos para poder hacer lo que ustedes quieran, cuando quieran y desde donde quieran, y ninguna de las dos cosas se puede obtener trabajando la semana habitual de 40 horas.
Así que veamos esa fórmula, la que les dará toda la libertad y el tiempo libre que deseen.
Redefinan la riqueza y la felicidad.
La fórmula se llama DEAL. Esta sigla significa lo siguiente:
- Definición
- Eliminación
- Automatización
- Liberación
Empecemos por la D: definición. Quizá hayan notado que ya empezamos a crear algunas definiciones nuevas. Ya empezamos a redefinir la riqueza. Recuerden que vivir la vida de un millonario no consiste en tener millones en el banco. Consiste en hacer lo que hacen los millonarios. En breve, ser rico no consiste en tener montones de dinero. Consiste en poder hacer lo que hacen las personas que tienen montones de dinero: pasar meses en una espléndida isla tropical o saltar con paracaídas cuando quieran e incluso pasar más tiempo con su familia.
Así que riqueza equivale a actividades, a poder hacer lo que quieran hacer. Equivale a libertad y tiempo libre, no a la cantidad de dinero que acumulen.
Otra palabra que deben redefinir es felicidad. La mayoría de las personas dirían que su meta en la vida es ser feliz, pero ¿qué significa la felicidad? Pues según el autor, lo opuesto a la felicidad no es la tristeza, sino el aburrimiento. Entonces, la mejor definición de felicidad es entusiasmo. Para ser verdaderamente feliz, deben dedicar su tiempo a hacer algo que los entusiasme. Para el autor, eso era viajar, volverse campeón de kickboxing y establecer un récord mundial bailando tango. Para ustedes podría ser algo totalmente distinto. Pero la cuestión es que comprar una casa, ocupar un puesto de nombre ostentoso, jubilarse con millones en el banco, nada de todo eso los hará felices si no les entusiasma lo que están haciendo con su vida.
La felicidad no es una meta lejana, no es algo que solo experimentarán plenamente cuando tengan suficiente dinero o suficientes cosas, y la riqueza no consiste en tener montones de dinero. Entonces, la pregunta ya no es cómo ganar la mayor cantidad posible de dinero, sino cómo liberar la mayor cantidad de tiempo posible, tiempo en el que puedan hacer todo lo que les entusiasme.
Aquí es donde entra la E de la fórmula DEAL: la eliminación.
Ahorren tiempo aplicando el principio de 80/20 y eliminando las pérdidas de tiempo.
Entonces, es momento de eliminar.
Si son del tipo de persona que era antes el autor, aproximadamente el 80 % de su producción laboral es resultado de un simple 20 % de su esfuerzo.
Esto se llama el principio de 80/20 y es posible que no lo hayan notado en el trabajo porque se esconde detrás de la jornada laboral estándar de ocho horas. La mayoría de los empleados tienen que trabajar durante ocho horas, por lo que, lejos de centrarse en la productividad, enfatizan la actividad. Organizan su bandeja de entrada; pierden el tiempo con su teléfono; se pasean con aire de superioridad de un cubículo a otro. Y la persona que se muestra más ocupada es la que suele recibir el aumento porque, en la mayoría de las empresas, el tiempo que uno pasa en el trabajo es el único criterio para evaluar el desempeño.
Pero, aproximadamente el 80 % de esa actividad es inútil.
Pasar mucho tiempo en el trabajo no significa necesariamente que estén realizando las tareas adecuadas, ni que las estén haciendo bien. Lo cierto es que ocurre todo lo contrario. En realidad, mientras más tiempo tengamos para realizar una tarea, más tiempo pasaremos realizándola, tendencia llamada ley de Parkinson. Entonces, si tenemos una hora para entregar el informe final de un proyecto, tardamos una hora en hacerlo. Pero, si tenemos toda la tarde, nos llevará toda la tarde: las cuatro horas.
Lo que deben hacer es identificar y luego priorizar el 20 % de las tareas que producirán el 80 % de los resultados.
Y esto implica eliminar todas las tareas y actividades que no los acerquen a sus metas personales. ¿Cómo pueden identificar estas tareas esenciales? Pues revisen su lista de quehaceres pendientes y, respecto a cada tarea, pregúntense: “¿Estaría satisfecho si esta tarea fuera la única que terminara hoy?”. Si la respuesta es no, la tarea es candidata a la eliminación.
Deben estar especialmente alertas frente a las interrupciones, lo que les impida terminar tareas importantes de principio a fin, sin pausa. Quizá las interrupciones más costosas de todas sean las pérdidas de tiempo. Una pérdida de tiempo es cualquier actividad que se puede omitir sin consecuencias negativas. Las más comunes son navegar en la web, responder correos electrónicos irrelevantes, hacer llamadas telefónicas y las reuniones.
Todas las pérdidas de tiempo pueden y deben eliminarse. Pero centrémonos en algunas tácticas para eliminar una de ellas: el correo electrónico.
Una buena manera de empezar a desengancharse del correo electrónico es leer y contestar los mensajes dos veces al día: una por la tarde y otra por la tardecita. Si pueden lidiar con eso, ¿por qué no ir uno o dos pasos más adelante? Prueben usar el correo electrónico una sola vez al día o incluso una vez a la semana.
Si así lo hacen, no olviden informar de ello a sus amigos, familiares y compañeros de trabajo. Pueden hacer esto último configurando una respuesta automática en la que expliquen que han reducido el tiempo que dedican al correo electrónico para atenderlos mejor y que pueden tardar algún tiempo en responder. Quienes los rodean se adaptarán y verán que la mayoría de los mensajes pueden esperar en la bandeja de entrada del correo electrónico o en el buzón de voz mientras ustedes se dedican a cosas más importantes. Si una solicitud es en verdad urgente, los interesados pueden llamarlos por teléfono o buscarlos personalmente para conversar en persona.
Al dejar que se acumulen muchas preguntas y tareas triviales en su bandeja de entrada, podrán atenderlas todas de una vez, lo que les ahorrará tiempo y les evitará las interrupciones que interfieren el trabajo más importante.
Todas estas recomendaciones deben mejorar considerablemente su productividad. Pero no alcanzan para hacer una semana laboral de cuatro horas. Si ustedes quieren que sus actividades diarias incluyan más descanso en una hamaca en una isla remota, coctel en mano, también tendrán que liberarse del lugar al que los ata su trabajo. Y a eso vamos en el siguiente blink.
Los oficinistas comunes y corrientes también pueden vivir el estilo de vida de los nuevos ricos.
Hasta ahora han aplicado a su vida laboral la mitad de la fórmula DEAL: han definido sus metas reemplazando la riqueza por tener más libertad y más tiempo libre, y la felicidad por entusiasmo. También han eliminado algunas actividades que quitan tiempo, empezando por sus hábitos respecto al correo electrónico. Pero, si son oficinistas, no pueden saltar directamente a la automatización. Los oficinistas primero deben liberarse de la oficina, de modo que las dos últimas siglas de la fórmula se invierten, y DEAL se convierte en DELA. Y, si no son oficinistas, pueden saltarse este blink.
Muy bien, oficinistas, así es cómo pueden liberarse de la oficina.
Ahora que han definido sus metas y eliminaron todas las interrupciones, son mucho más productivos, a tal punto que pueden lograr en 10 horas lo que sus compañeros de trabajo hacen en 40. Pero recuerden que la mayoría de los lugares de trabajo fomentan la actividad, no la productividad; es decir, por poco que les lleve terminar su trabajo, siempre tendrán que cumplir sus 40 horas semanales.
La solución es escapar de la oficina. Esto les permitirá no solo trabajar menos, sino hacerlo desde cualquier lugar que deseen.
Y ¿cómo realizan el acto de desaparición? ¿Cómo desaparecen de la oficina? Pues tendrán que seguir cinco pasos. Son los siguientes:
- Aumenten el valor que representan para la empresa.
- Demuestren que son más productivos cuando trabajan a distancia.
- Cuantifiquen el beneficio empresarial.
- Propongan un período de prueba.
- Aumenten el tiempo que trabajan a distancia.
Veamos exactamente cómo funciona esto en la práctica. Les presentamos a Sherwood, un hombre que quiere dedicar más tiempo a su negocio secundario de venta de camisas de marinero por eBay. Así es como desapareció de la oficina:
Empezó por volverse indispensable. Solicitó a su jefe capacitación adicional para atender mejor a los clientes de la empresa. Su meta era aumentar el valor que representaba para su empleador. Cuanto más valioso fuera, más probable sería que le permitieran tomarse alguna libertad, como trabajar desde casa.
Mientras tanto, hizo una pequeña prueba: avisó que estaba enfermo, faltaría martes y miércoles, pero trabajaría desde casa. Eligió esos días para que no pareciera que tenía la intención de tomarse un fin de semana largo y también para poder probar su productividad sin el impulso de los dos días libres del fin de semana.
Ambos días registró cuánto trabajo hacía con datos cuantificables y constancias de correo electrónico, y duplicó su productividad a propósito, algo que fue fácil porque no tuvo las distracciones propias de la oficina.
Entonces, creó una propuesta. La propuesta mostraba cómo el trabajo desde casa beneficiaría a su jefe y por qué él era más productivo fuera de la oficina (sin traslados y con menos distracciones).
Luego, sugirió un período de prueba revocable, en el que trabajaría a distancia un día a la semana durante dos semanas. La sugerencia fue aceptada y, los días de trabajo en casa, Sherwood volvió a asegurarse de duplicar su productividad con respecto a las jornadas en la oficina, lo que le dio una prueba más de que su trabajo a distancia beneficiaba a la empresa.
Entonces, ya no le quedaba sino aumentar poco a poco sus días de ausencia hasta que toda la semana trabajara desde casa. Y eso debía resultarle fácil si se tenía en cuenta la productividad adicional que su jefe veía. Para entonces, Sherwood podría trabajar, en efecto, desde cualquier parte del mundo.
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