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Homo Deus de Yuval Noah Harari, resumen del libro

Una breve historia del mañana
by The Blinkist Team | Feb 27 2023

En este resumen del popular libro Homo Deus de Yuval Noah Harari te presentamos las ideas principales de este clásico best-seller.

 

Sinopsis

Homo Deus (2015) explica cómo llegamos a ser la especie dominante del planeta y revela una predicción para el futuro de la humanidad. Examina nuestro estado humanista actual, la noción de elección individual y cómo insistimos en adorar al individuo por sobre todo. También revela de qué manera la ciencia y la tecnología, con el paso del tiempo, harán que los seres humanos se pongan al servicio de los algoritmos informáticos.
 

¿A quién está dirigido?

A personas que busquen comprender la historia del avance de la raza humana

A tecnófilos que deseen aprender más sobre el futuro

A tecnófilos que quieran prepararse para lo peor
 

Acerca del autor

Yuval Noah Harari es un historiador israelí y profesor titular del Departamento de Historia de la Universidad Hebrea de Jerusalén. También es autor del best seller Sapiens: Una breve historia de la humanidad.
 

¿Qué beneficio ofrece? Aprender por qué los seres humanos no gobernarán para siempre.

El advenimiento de los seres humanos y su posterior control de la Tierra comenzó gracias al talento creativo, la conciencia y la capacidad para pensar del Homo sapiens. La religión y la filosofía humanista han puesto su granito de arena para hacer realidad este reinado, al situar al ser humano en el centro de la creación y el pensamiento.

De hecho, con el rápido avance de la ciencia y la tecnología, las computadoras y la inteligencia artificial, parece que hay poco que pueda detenernos. Pero, ¿podríamos estar cavando nuestras propias tumbas?

Estos blinks explican el surgimiento de la humanidad y la doctrina de la superioridad humana. Verán qué nos hizo dominar este planeta y por qué pensamos que somos especiales. Pero también podrán mirar hacia adelante y ver lo que amenaza nuestro reinado, y podría provocar la caída de la humanidad.

También aprenderán lo siguiente:

de qué manera los científicos pueden tomar decisiones por las ratas;

cómo las elecciones presidenciales de los Estados Unidos son un claro ejemplo de superioridad humana; y

por qué el liberalismo y el nacionalismo son religiones.
 

¡A qué alturas escalamos! Las ambiciones de la humanidad cambian día a día.

Para la humanidad, el progreso y la innovación no son nada nuevo. Nos hemos esforzado por alcanzar las estrellas y llegamos a la Luna. Hemos desarrollado los medios para vencer el hambre, pero también las enfermedades y los efectos de la guerra. Pero, a medida que avanzamos, nuestras ambiciones deben modificarse.

Pensemos hasta dónde hemos llegado.

Ahora podemos controlar la propagación del hambre y las enfermedades, catástrofes que mataron a muchas personas en el pasado.

En Francia, por ejemplo, entre 1692 y 1694, la hambruna acabó con el 15 % de la población (eso significa casi 2,5 millones de personas). La tristemente célebre pandemia de la peste negra mató entre 75 y 200 millones de personas en Eurasia en la década de 1330. Eso es casi una cuarta parte de toda su población.

Pero hoy en día hemos superado prácticamente el hambre y la enfermedad. De hecho, es más probable que una persona muera de obesidad que de hambre. En el 2010, hubo 3 millones de muertes por obesidad en todo el mundo. Por el contrario, la desnutrición y el hambre combinados mataron apenas a un tercio de esa cifra.

Estamos tan avanzados que medimos nuestras catástrofes en una escala diferente. Tomemos, por ejemplo, la crisis del ébola. Aunque se considera una epidemia moderna grave, mató a “solo” 11 000 personas.

Con la guerra sucede más o menos lo mismo. Es algo excepcional más que un hecho que se da por sentado. Es más probable que mueran de diabetes (1,5 millones de personas murieron en 2012) que debido a una guerra (120 000 fallecimientos en el mismo año).

¿Eso importa? Significa que, como especie, la humanidad puede ajustar sus objetivos. Podemos aspirar a vivir más tiempo o ser más felices y fuertes.

Estamos en camino. La medicina del siglo XX casi ha duplicado nuestra esperanza de vida. Algunas personas incluso piensan que la inmortalidad es posible. También sentimos que podemos vivir más felices. Es por eso que, según una encuesta del 2013 sobre el consumo de drogas y la salud, más de 17 millones de estadounidenses manifestaron haber consumido éxtasis.

La tecnología también se usa para fortalecer nuestros cuerpos. Ahora los pacientes con parálisis controlan miembros biónicos solo con el pensamiento.

Pero esto es apenas el comienzo. Podemos esforzarnos por llegar más lejos todavía.
 

Los seres humanos afirmaron ser superiores a los animales y lo han demostrado a través de la cooperación colectiva.

Los seres humanos son, sin duda, las criaturas más exitosas del mundo. Pero, ¿seremos capaces de mantenerlo?

Si queremos saber hacia dónde vamos, primero debemos saber de dónde venimos. ¿Qué nos hizo tan poderosos?

Desde que dejamos de ser cazadores-recolectores, hemos afirmado ser superiores a otras especies. Hace unos 12 000 años empezamos a domesticar el ganado, casi en el mismo momento en que pasamos a dedicarnos a la agricultura.

Actualmente, más del 90 % de los animales de gran porte están domesticados. El lado negativo es que la domesticación conduce al sufrimiento de los animales. Por ejemplo, las cerdas son confinadas a vivir en jaulas de gestación, donde apenas pueden moverse y luego, cuando sus cuerpos no pueden soportar más, son sacrificadas. Sorprendentemente, la mayoría de la gente está de acuerdo con esto: satisface nuestro deseo de comer carne económica y abundante.

Pero, ¿qué nos hace tan especiales que pensamos que podemos abusar de estos animales?

Mírenlo de esta manera: metafísicamente no somos tan distingos de los otros animales.

Nos gusta imaginar que de alguna manera somos diferentes porque concebimos “el alma humana”. Los monoteístas afirman que somos los únicos que poseemos un alma. Pero no hay evidencia de que tal cosa exista, o de que podamos diferenciarnos de los animales mediante la existencia del alma.

¿Tal vez piensan que los animales tienen una consciencia “inferior”? En realidad, todavía no sabemos si la consciencia humana es diferente de la consciencia animal. ¡Después de todo, la ciencia moderna todavía no puede explicar qué es realmente la consciencia!

Quizás nuestra dominación del mundo se pueda encarar de manera diferente. Reflexionemos sobre nuestra capacidad de cooperar de manera flexible a gran escala. En las últimas elecciones de los EE. UU., por ejemplo, casi 40 millones de personas se las arreglaron para presentarse a votar en el día acordado, acataron las mismas reglas y acordaron aceptar los resultados.

 


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