Fuera de serie de Malcolm Gladwell, resumen del libro
En este resumen del popular libro Fuera de serie de Malcolm Gladwell te presentamos las ideas principales de este clásico best-seller.
Sinopsis
Fuera de serie es un análisis de aquellas personas que alcanzan un nivel de éxito (en las matemáticas, los deportes, las leyes o cualquier otro ámbito), en realidad, tan extraordinario que escapan a la norma.
A menudo, pensamos que estos individuos atípicos poseen una misteriosa habilidad innata que los ayuda a llegar a la cima en su actividad particular; pero otros factores, como la familia, la cultura o incluso su fecha de nacimiento, también pueden tener un gran impacto en su éxito.
¿A quién está dirigido?
- Quienes deseen conocer más acerca del éxito y cómo alcanzarlo.
- Maestros, entrenadores y otros profesionales vinculados con la formación.
- Profesionales dedicados al área de consultoría y otros interesados en la reforma de políticas.
Acerca del autor
Malcolm Gladwell es redactor de la revista New Yorker. Comenzó su carrera periodística como reportero cubriendo noticias sobre negocios y ciencias para Washington Post. En 2005, formó parte de la lista de las 100 personas más influyentes de la Revista Time.
Además de Fuera de serie, Gladwell escribió varios éxitos de ventas, entre los que se incluyen El punto clave: Cómo las pequeñas cosas pueden marcar una gran diferencia, e Inteligencia intuitiva: ¿por qué sabemos la verdad en dos segundos?
¿Qué beneficio ofrece? Aprendan por qué el éxito “por esfuerzo propio” es un mito.
¿Leyeron alguna vez la biografía de una persona exitosa en la que se atribuya su éxito exclusivamente a la suerte? Probablemente, no. Más bien, cuando se trata de historias de éxito, nos gusta pensar que la persona en cuestión ha alcanzado el éxito gracias a su talento y sus esfuerzos. Este es el mito del “hombre que triunfa por cuenta propia” y, en estos blinks, se demostrará que carece de fundamento. Verán cómo hay muchos factores no visibles que influyen en el éxito de una persona y la mayoría de ellos están fuera de su control.
En estos blinks, descubrirán lo siguiente:
- Por qué Bill Gates y Los Beatles se volvieron tan exitosos.
- Por qué su fecha de cumpleaños puede haberlos condenado a no ser nunca una superestrella del hockey sobre hielo.
- Qué tiene que ver el cultivo del arroz con las habilidades matemáticas.
Nuestra cultura celebra el mito del “hombre que triunfa por cuenta propia”.
Si conocemos a un excelente matemático, solemos asumir que su talento para el pensamiento lógico es, en el fondo, algo con lo que ha nacido. Lo mismo ocurre con la agilidad de los atletas profesionales, el sentido del ritmo de los músicos o la capacidad para resolver problemas de los programadores informáticos.
Esto se debe a que naturalmente tenemos la tendencia a atribuir el éxito o los logros de un individuo a sus propios esfuerzos y habilidades innatas.
Cuando Jeb Bush se presentó como candidato para la gobernación de Florida, como parte de su estrategia de campaña dijo que era un “hombre que triunfó por cuenta propia”. Francamente, esto es ridículo. Había dos presidentes estadounidenses en su familia inmediata: un rico banquero de Wall Street y un senador de los Estados Unidos. Sin embargo, como el individualismo es tan importante en nuestra cultura, Jeb intentó mostrarse a toda costa desde esa perspectiva.
Los logros de Jeb Bush lo convierten en un individuo fuera de serie, una persona que ha logrado algo estadísticamente extraordinario. Pero, así como los antecedentes ventajosos de Bush lo ayudaron a alcanzar el éxito, también hay factores más cercanos que ayudan a otras personas fuera de serie a destacarse de la media.
Damos tanto valor al individuo y sus logros “por cuenta propia” que, a menudo, ignoramos a sabiendas otros factores.
El “hombre que triunfa por cuenta propia” es un mito extremadamente popular.
Una vez que alcanzamos cierto límite, las capacidades adicionales ya no nos sirven para lograr el éxito.
Si bien las cualidades innatas pesan, medir 1,90 m no les garantiza un contrato millonario de baloncesto y tener un coeficiente intelectual altísimo no significa que automáticamente recibirán un premio Nobel. ¿Por qué?
Las cualidades que impulsan el éxito, como la altura en los jugadores de baloncesto o la inteligencia cuantitativa en los matemáticos, tienen un “límite”. Por ejemplo, después de alcanzar una determinada altura, un par de centímetros más no suponen una gran diferencia para un jugador de baloncesto.
Lo mismo ocurre en la educación. Algunas facultades de Derecho bajan los requisitos de ingreso para ciertas minorías raciales en virtud de una política de igualdad de oportunidades. Estos estudiantes suelen tener un rendimiento algo inferior en la Facultad de Derecho en general, en comparación con los estudiantes blancos, pero, cuando se examinan los avances posteriores, ya no existe diferencia entre los estudiantes de las minorías y los que no lo son. A pesar de su rendimiento inferior, tanto antes como durante la carrera de Derecho, los estudiantes de las minorías tienen acceso a salarios similares, obtienen las mismas distinciones y hacen contribuciones iguales al mundo jurídico como sus compañeros blancos.
Al igual que la altura en los jugadores de baloncesto solo importa hasta cierto punto, cuando se tiene una cantidad suficiente de conocimientos jurídicos, otros factores empiezan a jugar un papel más importante. Ciertas habilidades y rasgos son fundamentales para alcanzar los logros en una determinada área. Por ejemplo, no pueden convertirte en expertos legales de primera línea si no tienen ninguna capacidad de razonamiento lógico. Pero, una vez que hayan alcanzado el límite de sus habilidades, las capacidades innatas de razonamiento adicionales no los ayudarán a avanzar. Lo harán otros factores, como las habilidades sociales, los contactos o, incluso, un golpe de suerte.
El dominio pleno de cualquier actividad exige unas 10 000 horas de práctica, algo que no es fácil de conseguir.
Aunque el talento es, sin duda, un ingrediente clave en la receta del éxito, el trabajo arduo parece ser tan importante, o más. A Bill Gates le llevó mucho tiempo aprender programación. Los Beatles pasaron horas y horas sobre el escenario. Aunque también eran personas con un talento extraordinario, la práctica intensiva los convirtió en auténticos especialistas de nivel mundial.
Para dominar plena cualquier área, los estudios demuestran que hay que dedicar una cantidad de tiempo “mínima” a la práctica, que se estima en alrededor de 10 000 horas. Obviamente, no todo el mundo tiene la oportunidad de pasar tanto tiempo practicando algo.
En primer lugar, necesitan empezar pronto para poder practicar lo máximo posible y asegurarse una ventaja sobre la competencia. Además, ustedes o su familia tienen que disponer de los recursos necesarios para su sustento. Es difícil tener tiempo para trabajar o para las tareas domésticas si pasamos 40 horas a la semana intentando convertirnos en un violinista de fama mundial.
Según lo que quieran hacer, tal vez también necesiten disponer de un costoso equipo de última generación. También ayuda el estímulo de la familia, los amigos, los entrenadores, los profesores y los extraños amables que se cruzan en la calle.
Si tienen suerte, como Bill Gates o Los Beatles, tendrán todo esto. Sin embargo, muchas personas no pueden acceder a todo ello. Por eso, no tienen efectivamente la oportunidad dominar a nivel mundial su ámbito elegido.
El mes en el que nacen puede tener un gran efecto en sus logros.
Su “edad relativa”, es decir, la edad que ustedes tienen en comparación con los demás en un grupo del mismo nivel de desarrollo, puede ayudarlos a ganar o perder.
Por ejemplo: en las ligas canadienses de hockey juvenil, la fecha límite de elegibilidad para los grupos etarios es el 1.o de enero. Todos los niños nacidos en el mismo año calendario compiten entre sí. Parece justo, ¿verdad?
Pues no lo es. Las fechas límite anuales enfrentan a los niños nacidos en enero con los nacidos a finales de diciembre. En otras palabras, los bebés de diciembre compiten con niños que son casi un año mayores que ellos.
El sistema no solo es desigual de entrada, sino que también crea una profecía que se cumple: los entrenadores festejan a los mejores niños de 9 años porque son más fuertes y mejores jugadores, cuando en realidad no son ninguna de las dos cosas. Solo son mayores. Un año supone una gran diferencia cuando constituye una octava parte de tu vida.
Los niños con esta injusta ventaja de edad reciben más estímulos y oportunidades para mejorar en una etapa incipiente de su desarrollo. Esto se denomina ventaja acumulativa y es la razón por la cual los jugadores profesionales de hockey canadiense cumplen años en la primera mitad del año con más frecuencia que en la segunda.
Quizá piensen: “Bueno, no es para tanto, no soy jugador de hockey. ¡Ni siquiera soy canadiense!”.
Pero la edad relativa puede crear una desigualdad de oportunidades en cualquier ámbito que utilice fechas límite anuales para dividir a las personas en grupos basados en la edad. La mayoría de las ligas deportivas aplican este método. ¿Qué otro lugar lo hace? La escuela.
Así, una niña de cinco años que tiene poca capacidad de atención y elige un lápiz de colores para hacer sus deberes de ortografía puede crecer pensando que es una “niña problemática”. Al mismo tiempo, la tranquila niña de casi seis años que se sentaba a su lado está preparada para ir a Harvard.
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